Los juguetes que se olvidan

Ese juguete que costó un dineral… hoy ni sabe dónde está

Pasa siempre: lo que ayer parecía imprescindible, mañana ni lo mira.

Y tú lo sabes. Yo lo sé. Todos lo sabemos.
Pero seguimos cayendo en la trampa de los juguetes que se olvidan.

La moda de los juguetes dura menos de lo que pensamos

La tele anuncia la novedad del año. Los críos gritan que lo quieren. Tú piensas que quizá, esta vez, sí dure.
No dura.

Unas semanas después, está en el fondo del cajón. Sin pilas. Sin interés. Con piezas perdidas.
Otro recuerdo caro de lo rápido que pasa la moda.

La alternativa: cuentos personalizados

¿Hay alternativa? Sí, pero no voy a venderte humo.
Lo nuestro no es perfecto: tarda más que Amazon, no tiene luces, no hace ruidos.
Un cuento personalizado es otra cosa.

No es un objeto para entretener cinco minutos.
Es un rato contigo. Es tu hijo viéndose en la historia. Es la cara que pone cuando descubre que es el héroe de su propio cuento.

Regalos que duran más que los juguetes

Eso no se olvida al día siguiente.
Ni al mes siguiente.
Ni cuando ya tiene edad de decirte que los cuentos son “de niños”.

Porque lo que se queda no es el papel.
Lo que se queda es el recuerdo de ese rato juntos.
Y eso no hay juguete que lo iguale.

La próxima vez que tropieces con un juguete olvidado…

¿Quieres uno? Bien.
¿No lo quieres? Bien también.
Pero la próxima vez que tropieces con un juguete olvidado en el pasillo, acuérdate de esto: algunos regalos duran más que otros.

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